La presencia del café en el mundo árabe es imposible de ignorar. A cualquier hora, desde antes de la salida del sol hasta altas horas de la madrugada, el fácil ver esta bebida formando parte de la vida social de los árabes, y aunque las costumbres y hábitos de consumo cambien de una región a otra, el café es un elemento central de la cultura árabe.

Historia del café en el mundo árabe

La tradición cafetera árabe se remonta tan atrás en el tiempo que no existen certezas sobre su origen. En su lugar, han surgido una serie de leyendas en torno al origen del café en el mundo árabe que dotan de aún más misterio a esta estimulante bebida.

Hay quien dice que el café fue un descubrimiento de místicos sufíes que observaron la inusual energía de los pájaros que comían sus semillas. Otras historias hablan del Sheij Omar, un curandero yemení que, estando en el exilio tras haber caído en desgracia, descubrió el proceso de tostar y hervir las semillas de café en un intento de hacerlas más comestibles, y acabó convertido en santo gracias a su descubrimiento.

Lo que sí parece ser cierto es que el café se originó en Abisinia, actual Etiopía, de donde pasó a Yemen, donde ya en el siglo XV existen tratados sobre el café. Fue en Arabia donde los granos de café fueron tostados y molidos por primera vez, de manera similar a como se preparan en la actualidad. Desde allí se expandió por Egipto, norte de África, Persia y Turquía, más tarde a Italia y el resto de Europa, y de allí al resto del mundo.

Nuestra propia palabra “café” es originariamente árabe, aunque llegó a nosotros a través del francés o del italiano, quienes la tomaron del turco “kahve”, que a su vez tiene su origen en la palabra árabe “qahwa” (قهوة), que primitivamente significaba “vino”.

No es casualidad, pues, que a veces se haya dado a esta bebida el sobrenombre de “el vino del islam”. La prohibición coránica de consumo alcohol hizo mucho por que los musulmanes acogieran con tanto entusiasmo este sustituto, gracias a sus propiedades estimulantes y a la función social que en otros contextos hubiera cumplido el vino.

Sin embargo, el consumo de café en el mundo árabe no ha estado exento de polémica. Al menos en dos ocasiones (en Meca en 1511 y en El Cairo en 1532) se prohibió el consumo de café, pero el motivo fue más por miedo al potencial subversivo de las reuniones en los cafés que por fanatismo religioso.

De cualquier modo, el café acabó ganando la batalla a los prejuicios, y su sabor, aroma y beneficios médicos y sociales lo convirtieron en un elemento central en la cultura árabe.

El café en el mundo árabe actual

La proverbial hospitalidad árabe no se entiende sin el café. Lo primero que se te ofrecerá al entrar en un hogar árabe será en una taza de café, y es impensable una reunión de negocios en el mundo árabe en la que esta bebida no se encuentre presente. El concepto de “majlis” (مجلس), literalmente “lugar para sentarse”, es de fuerte raigambre en la cultura árabe, y es rara la casa donde no existe este lugar donde reunirse a tomar café y hablar de cualquier cosa (tanto para ponerse al día como para hacer negocios).

En el ámbito público, la cafetería es el principal lugar de reunión de los hombres árabes. Los tradicionales cafés árabes, modestos locales donde sentarse durante horas a charlar y ver pasar a los transeúntes con una taza de té o café, están dando paso a establecimientos más chic que dan más importancia al producto y el ambiente. Sin embargo, esta modernización no ha hecho disminuir su importancia como el lugar de encuentro por antonomasia en el mundo árabe.

Pese a la idéntica trascendencia del café en todos los rincones del mundo árabe, la elaboración de la bebida en sí no es homogénea. El mismo concepto de “café árabe” (قهوة عربية) no tiene el mismo significado en todos los lugares. En el levante árabe, un café árabe es una bebida negra e intensa que se prepara cociendo el café molido en un particular cacillo (ركوة) y se sirve pequeñas tazas de porcelana (فنجان) donde permanecen los posos después de ser bebido. En el golfo árabe, en cambio, el café árabe tiene un color más claro, tirando a verde, ya que se prepara con cardamomo y otras especias, y viene preparado en una estilosa cafetera (دلة) desde la que se sirve hasta que el visitante considera que ha bebido suficiente.

Como es fácil ver, el café en el mundo árabe ocupa un lugar central a nivel social y cultural. Con una historia tan larga y unas propiedades tan sugerentes, ¿quién puede resistirse a una tacita?