Hemos visto anteriormente que la situación de la lengua árabe actual es compleja, con la presencia de diferentes variedades de árabe, cada una con un uso restringido a situaciones comunicativas concretas, y entre las que existen en ocasiones diferencias considerables. ¿Cómo es posible que una lengua que fue vehículo de comunicación de todo un imperio y que aún hoy reúne a su alrededor a los fieles de la segunda religión más practicada del mundo presente hoy tantas diferencias? ¿Cuál es el origen de los dialectos del árabe?

Antes del nacimiento del islam y de que los árabes extendieran su imperio por Asia, África y Europa, la lengua árabe solo se hablaba en la península arábiga y en algunas zonas de la Gran Siria, Mesopotamia y las costas de lo que hoy es Egipto, fruto de contactos comerciales y migraciones. Existen principalmente dos teorías respecto a la situación lingüística de aquella época preislámica.


mapa del mundo árabe magreb mashreq oriente occidente

Una primera teoría afirma que existía una sola variedad de árabe, el árabe antiguo, que con mínimas diferencias regionales fue el usado en la redacción de la poesía preislámica y el Corán, y que posteriormente fue la lengua que llevaron los conquistadores en su expansión. Una segunda teoría afirma que ya en aquella época existía una variedad culta para registros formales (con la que se habría redactado la poesía preislámica y el Corán) y diferentes dialectos vernáculos, para la comunicación informal, que fueron los que se extendieron en los territorios conquistados.

En cualquier caso, durante el siglo VII la lengua árabe (ya fuera un árabe antiguo único, un dialecto predominante, una coiné dialectal o varios dialectos del árabe simultáneamente) fue llegando a regiones muy diversas, donde con el tiempo se acabó imponiendo. La población autóctona, al aprender e incorporar la lengua de los conquistadores (menos numerosos que ellos y por lo tanto, pese a contar con el poder normativo estaban formados por un número menor de hablantes) acabaron por modificarla bajo influencia de las lenguas preexistentes. De esta manera se gestaron las variedades regionales de árabe, que con el tiempo evolucionaron de manera independiente, siempre bajo el influjo del árabe culto y de las otras variedades dialectales con las que tuvieran más contacto.

En este proceso tuvo mucho peso el desarrollo la urbanización. Dado que las ciudades eran los centros de poder administrativo y comercial, los dialectos del árabe que allí se fueron desarrollando acabaron imponiéndose como lenguas de comunicación y de prestigio. Las zonas rurales, más alejadas de esta influencia, tardaron más en perder sus lenguas originales y, una vez asentado el árabe, esas variedades evolucionaron a un ritmo distinto del de las ciudades. Esta situación es visible aún, pues dentro de cada país árabe existe una variedad dialectal de prestigio (que normalmente coincide con el de la capital) y otras variedades correspondientes a diferentes regiones que quedan relegadas a un segundo plano.

Esa evolución histórica es la que ha hecho que, aunque exista un árabe estándar que unifica a todas las naciones árabes, los hablantes utilicen diferentes dialectos del árabe para comunicarse. En cualquier caso, no es un fenómeno nuevo, sino que es una situación que se da desde hace siglos, posiblemente desde antes de la expansión islámica.